La orquesta Panamericana de Eugenio Nóbile brilló en el laberinto de la noche porteña, en boites, radios, escenarios y bailes. Tocaba música romántica, melódica y también canciones pegadizas caribeñas que invitaban a mover el cuerpo. Las maracas y el bongó habían sacado carta de ciudadanía y el conjunto de este notable violinista sumó adeptos a toda velocidad. Esta postal fue impresa con el auspicio de RCA Victor.
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